Si hablamos de la música de Schubert hablamos de música en mayúsculas. Su estilo compositivo estuvo en constante progreso, ya que se le considera el último gran representante del estilo clásico y uno de los precursores de los preceptos románticos en la música. La unión de danza y música en directo dota de vida sus composiciones, trayéndolas a un espacio atemporal, en donde ese estilo clásico de formas y el subjetivismo propio del lirismo romántico se hacen presentes, visibles y corpóreos a través de la fisicalidad de los bailarines. Una propuesta en la que la interpretación del cuarteto de cuerda y tres bailarines son los protagonistas absolutos, con los que podremos advertir y dejarnos llevar por el progreso, devenir y evolución de la preciosa música de Schubert. Apreciaremos esa evolución también con el lenguaje coreográfico; partiendo desde un lenguaje y formas más académicas, así como Schubert partió de las estructuras y de las formas más clásicas de las sonatas, para ir adentrándonos en un lenguaje más contemporáneo que encarne y sirva de canal conductor de una expresividad y un discurso más apto para concurrir con ese subjetivismo del lirismo romántico y sobre todo para ser capaces de abrazar en lo dancístico el tan característico recurso expresivo que encontramos en las armonías de Schubert con sus cambios de modos mayores y menores y sus tan utilizadas modulaciones.