Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares
Estrucutrado por el "hilo conductor" del río Manzanares, desde su nacimiento, aguas abajo hasta la capital, de extiende un amplio territorio de, aproximadamente, 47.500 hectáreas que, desde la baja Edad Media, en que Enrique III de Trastamára inicia la posesión real de un modesto pabellón de caza, hasta los tiempos actuales, pasando por aquellos en que el coto se prolongaba sin solución de continuidad desde la Casa de Campo a la Sierra del Guadarrama.
La finca, como tal, ha sufrido primero un proceso de expansión y anexiones, ya a partir del siglo XVIII de segregaciones y disminución de tamaño. Siempre teniendo en cuenta que el vedado de caza desbordó y rebasó la propiedad Real, extendiéndose en un amplio cinturón de seguridad en su entorno que, de un lado, limitaba el propio derecho de propiedad de los vecinos, y de otro, comprometía y excluía otras actividades especialmente las agrícolas y así aseguraba su permanencia casi inalterada.
Esta "milagrosa" preservación motivó, inicalmente, la elaboración de un régimen jurídico a efectos de su protección (Ley 1/1985, de 23 de enero, de Creación del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares) que ha sido complementada con sucesivas ampliaciones, como la Ley 7/1991, de 4 de abril. En la que, entre otras se incluyen en el parque los terrenos comprendidos entre la carretera de Manzanares el Real a Collado Villalba y la autopista A6.
En su interior encontramos La Pedriza, conjunto de gran belleza natural en el que abundan las formaciones graníticas. Lugar de interés geomorfológico y paisajístico.